Curso de Metodología de la Investigación para el Doctorado en Trabajo Social.

El proceso de investigación, tal como nos lo indica Samaja (2002), debe abordarse “desde el punto de vista del descubrimiento de conocimientos que aún no se tienen” y desde “la validación o justificación de conocimientos que ya se tienen”. El primer criterio nos conducirá a revisar la validación conceptual, la validación empírica, la validación operativa y la validación expositiva, apuntando a, en cada una de estas instancias, someter a juicio las hipótesis sustantivas, las hipótesis auxiliares o instrumentales, las hipótesis de generalización y las hipótesis retóricas (Samaja, 2002).

Creemos pertinente realizar estos señalamientos puesto que, a la hora de investigar, resulta de vital importancia plantearse un tema pero, como hemos observado (Rovetto-Fernández, 2015), uno de los aspectos más dificultosos resulta la formulación de la situación problema, su construcción y esto deviene, a nuestro juicio, porque de alguna manera, estamos “acostumbrados” a pensar de un modo deductivo o inductivo, pero no “abductivo”. Nuestra experiencia en las aulas de grado y posgrado nos ha indicado cuán fructífero resulta introducir este tipo de razonamiento. Es por ello que deseamos introducirlo en esta propuesta, sin reducirnos a a ello, pero sí consideramos que es un elementos fundamental a la hora de generar una hipótesis, de poder hacer que el “fenómeno”[1] surja y, como sabemos, tras una situación que al comienzo intuimos como problemática (y que luego deberemos, merced al discurso académico, construir como tal) formularemos preguntas a las cuales daremos una/s respuesta/s que se erigirá/n en el inicio de nuestra/s hipótesis.

De este modo, comenzamos con la situación problema, que hoy analogamos con el conflicto en dramaturgia, para, de allí pasar a la formulación del tema. Luego trabajamos con las preguntas de investigación en función del problema planteado y derivamos de ellas una primer respuesta o respuestas que devendrán nuestras hipótesis. En coherencia con las preguntas y la hipótesis (eje argumentativo de la tesis y organizador de la investigación toda) elaboramos los objetivos que son puestos en relación con las herramientas metodológicas que sean capaces de vehiculizarlos.



[1] Del griego φαινόμενον “phainómenon” – “aquello que se muestra”, participio presente del verbo φαίνομαι – “aparecer”, que es la forma medial-pasiva del verbo φαίνω – “pháino” – “mostrar”, es decir, no lo que “es” o “está”, sino lo que “se nos aparece”